El desarrollo del pensamiento no se da por arte de magia, es un proceso de aprendizaje. No nacemos con una estructura pensante y tampoco la desarrollamos por estar sentados o acostados en una cuna. Es un proceso activo de todo nuestro organismo que se apresta para localizar los objetos, tomarlos, probarlos, conocerlos y guardar en nuestro cerebro esas nuevas sensaciones y experiencias, el cerebro se nutre de experiencias.
Sentarnos frente al televisor, no nos reditúa ningún beneficio, si así fuera nuestros hijos nacerían y crecerían frente al mismo.
Experimentar con nuestro cerebro al leer un texto no lleva a: observar las formas de las letras, reconocer su significado, enlazarlas, unirlas para darles un idea, imaginar esa idea, agregar lo que sabemos sobre ella, por ejemplo: si usted lee: "el paisaje era triste, gris como una tarde lluviosa, pero invitaba a la reflexión"; usted evoca la sensación placentera de una tarde lluviosa, pero también la necesidad de buscar protección ante la tormenta, o la ropa que dejó en el patio recién lavada, o la taza de café que humeante toma en casa cuando llueve. Y todas aquellas experiencias que usted relacione con sus tardes lluviosas y sus momentos de reflexión.
Leer ayuda a nuestro cerebro a trabajar y alimentarse de nuestras ideas, a crecer y prevenir enfermedades como el olvido.
Leer nos alimenta el alma al darnos cuenta que a pesar de los días lluviosos, Dios tiene cuidados de nosotros, que igual el sol sale para buenos y malos, pobres y ricos, que si bien un diluvio acabo a la humanidad, una tarde oscura nos trajo salvación aquel día de crucifixión.
Leer nos llena la boca de sabiduría, para aconsejar al hermano en desagracia, al hombre o la mujer que desconoce su futuro, a llevar a un niño a los pies de Cristo, a apoyar a la mujer que sufre por el maltrato o la infidelidad de su marido.
Leer se escribe con doble ee, porque quizás es un proceso reiterativo de aprendizaje, siempre aprendemos algo. Nunca la lectura de buenos libros y de la palabra de Dios principalmente, nos dejará huérfanos de ideas, amor, de amistades, de responsabilidades, de compromisos, de satisfacciones, de verdades.
Leer es amar nuestra mente y llenarnos el corazón de sabiduría.
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Hace 1 año
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